Cada caso de cárcel injusta es un drama humano

Nota de coyuntura No. 144 / por Alba Cecilia Mérida[1]

El jueves 28 de agosto del 2025 fue detenido el profesor Esteban Toc Tzay, quien fungió como Vicealcalde indígena de la Municipalidad Indígena de Sololá en el 2023. Fue capturado a solicitud del Ministerio Público (MP) cuando él, junto a su esposa, regresaban a su lugar de residencia, luego de haber recibido él su tratamiento de hemodiálisis en la ciudad de Quetzaltenango. Es acusado de sedición, terrorismo, asociación ilícita, obstrucción a la justicia y obstaculización a la acción penal.

Fotos: Profesor Esteban Toc Tzay. Recuperada en: https://www.facebook.com/photo/?fbid=122173188278428834; a la derecha, cuando era trasladado de Xela a la ciudad capital. Autoría: El Observador.

Persiste patrón de criminalización del MP contra Autoridades Indígenas

Al igual que el ingeniero Luis Pacheco y el señor Héctor Chaclán, ex Autoridades de la Junta Directiva de 48 Cantones de Totonicapán en 2023, el profesor Toc Tzay es acusado de sedición, terrorismo, asociación ilícita, obstrucción a la justicia y obstaculización a la acción penal que, según la acusación, son delitos cometidos durante las jornadas de octubre 2023 en defensa de los resultados electorales que dieron la victoria a Bernardo Arévalo de León y Karin Herrera Aguilar, y pudieran asumir la Presidencia y Vicepresidencia de la República, legítimamente ganadas el 20 de agosto de 2023 en el marco de las elecciones generales celebradas en ese año. En el caso de Toc Tzay, uno de los querellantes adhesivos es Ricardo Méndez Ruiz, presidente de la Fundación Contra el Terrorismo —la Fundaterror como se le ha denominado—, una entidad que se ha dedicado a criminalizar la protesta social y a judicializar a los defensores del territorio y los derechos humanos, así como a defender a los militares retirados perpetradores del genocidio del Pueblo Ixil, de las miles de desapariciones, secuestros y asesinatos de activistas y liderazgos sociales ejecutados por los gobiernos militares, y de la Política de Tierra Arrasada como base de la contrainsurgencia desplegada por el ejército en las décadas de 1970 y 1980.

El profesor Toc Tzay estuvo detenido entre los días 28 y 30 en el Centro Preventivo de Quetzaltenango, de la Subestación 41-16, de donde fue trasladado a la ciudad capital.

Centro preventivo de Quetzaltenango donde estuvo Esteban Toc Tzay el día de su detención.
Foto: Alba Cecilia Mérida.

Los datos anteriores se describen únicamente para situar el hecho, porque, en realidad, todo lo sucedido desde el momento de la captura del Profesor Toc Tzay, hasta su ingreso al cuartel militar Mariscal Zavala y la audiencia de primera declaración el 3 de septiembre de 2025 —que por cierto fue suspendida porque Méndez Ruiz no se presentó a la misma—, responde al patrón de criminalización empleado por el MP desde que asumió la Fiscal General Consuelo Porras Argueta en 2018. Aunque, en realidad, desde el 2012, cuando el general retirado Otto Pérez Molina (enero 2012 – septiembre de 2015) asumió como Presidente de la República postulado por el Partido Patriota (PP), fue que arrancó una nueva era de judicialización de la protesta social, de criminalización y encarcelamiento de defensores y defensoras del territorio, así como de asesinatos selectivos de liderazgos sociales y comunitarios.

El sistema justicia como operador político represivo

La violencia institucional volvió a campear sobre la vida de Guatemala, tal como sucedió en los años de la guerra interna, con el agregado que, en esta nueva era, el sistema de justicia se convirtió en operador político para agilizar la represión. Todo, en nombre de la ley.

En términos generales, alrededor de cada aprehensión injusta se tejen redes de solidaridad; siempre hay abogadas y abogados dispuestos a dar la cara en los tribunales para defender a quienes no han cometido ningún delito, porque no es delito organizarse, manifestar, defender la vida y los derechos colectivos. Sin embargo, pocas personas conocen la otra cara del sufrimiento de los detenidos. Donde cada caso es un drama humano.

Por cada defensor, defensora, líder, lideresa, ex autoridad ancestral, dirigente encarcelado injustamente, hay una historia de vida; tienen una trayectoria personal, familiar, organizativa y comunitaria. Hasta el día de hoy, luego de 13 años de detenciones arbitrarias, en ningún caso el MP y los querellantes adhesivos que son parte del litigio malicioso en boga, han logrado sostener las gravísimas acusaciones que les imputan a las y los defensores del territorio porque sencillamente son falsas, porque los acusados han dedicado su vida a servir a sus comunidades y municipios.

Porque, en un país donde lo que prevalece es el abandono estatal, las personas en las comunidades se organizan para cuidar los caminos vecinales, para gestionar el acceso a agua, a construir edificios para que funcionen escuelas y centros de salud, para proteger los bienes naturales y preservar el legado cultural de sus antepasados. Por lo tanto, están legitimados para defender lo que por derecho es para el bien común, cuestión que jamás van a comprender los empresarios, sus aliados y operadores, así como sus falsas concepciones de “desarrollo” que solamente atentan en contra de la Red de la Vida.

Cada defensor detenido y encarcelado injustamente es, a la vez, un hijo, hermano, esposo, padre, tiene vínculos amorosos con su esposa, conviviente; ha trabajado para darle educación a sus hijos e hijas. Aman a sus nietos y nietas; entonces, el sistema de justicia no encarcela solamente a un hombre, encarcela a una familia, la priva también de contar con el apoyo emocional y el sustento que el encarcelado les brindaba. No hay experiencia más dolorosa que la cárcel injusta, lo puedo afirmar porque la viví junto a Rubén Herrera y a todos los presos políticos de Santa Cruz Barillas y Santa Eulalia, Huehuetenango.

Esteban Toc Tzay, en la audiencia de primera declaración el 3 de septiembre de 2025, suspendida porque el querellante,
Ricardo Méndez Ruíz, no se presentó. Lo acompaña el abogado defensor, Juan Castro, del Bufete para Pueblos Indígenas.
Foto recuperada en: https://www.facebook.com/photo/?fbid=1457130412661745&set=pcb.1457130615995058

Los presos políticos viven su propio drama en la cárcel: hijos, hijas que no ven crecer, graduaciones que no pueden celebrar; entierro de familiares queridos a los que no pueden asistir, pérdida de su patrimonio. Mientras tanto, sus familias viven la agonía de no saber cuándo terminara el suplicio de la cárcel, la incertidumbre de si están bien o no, la angustia de saberlos enfermos.

En el caso de don Esteban Toc Tzay, los agravantes abundan, en tanto su salud requiere atención especial por ser enfermo renal crónico. Esta enfermedad demanda cuidados especiales, dieta especial, medicina para la diabetes e hipertensión, Así como de descanso, condiciones que el Estado de Guatemala no asegura en proporcionar. Por ello, el Estado de Guatemala está cometiendo una grave violación al obviar todos estos factores en la detención de don Esteban. Por otra parte, las familias de los detenidos se enfrentan a la espera interminable de audiencias que se suspenden una y tantas veces, como el MP y los querellantes adhesivos así lo dispongan. Ante tanta injusticia, lo que mantiene la dignidad de los encarcelados es saber que no han cometido ningún delito, que en su cárcel no hay vergüenza y aunque sea más tarde que temprano, serán declarados inocentes. Hay tanto dolor detrás de un preso político.

Red de solidaridad, ¡presente!

El jueves 28 de agosto, en una noche fría de Quetzaltenango, varias personas nos dimos cita en los alrededores del complejo de justicia de esta ciudad para acompañar y mostrar nuestra solidaridad a las Autoridades Indígenas de Sololá ante la aprehensión del profesor Esteban Toc Tzay. Llegado el momento, hicimos un círculo y prendimos una vela; el momento no pudo ser más humano y emotivo: ahí cada uno y cada una de los y las presentes reafirmamos que luchar por nuestros derechos, y por un presente y futuro mejor para Guatemala no es delito.

Vigilia durante la detención de Esteban Toc Tzay. Foto: Alba Cecilia Mérida.

Los alcaldes comunitarios manifestaron que su llegada a Quetzaltenango “no es perder el tiempo, es darle fuerza a nuestro compañero”; que su lucha no es sólo por ellos, es “por la nación”; para ellos, la fuerza está en la unión: “como pueblos estamos unidos y sabemos que esto es parte de nuestra lucha y que sólo así podemos cambiar las cosas”.

Reafirmaron lo que históricamente hemos sabido:

“…a los pueblos nos cortan la libertad, a los pueblos nos ha costado vidas”. 

Nuestra presencia esa noche nos permitió profundizar en lo dicho por uno de los alcaldes:“…somos como la vela que tenemos en nuestra mano, así es nuestra identidad, es señal de que los pueblos estamos unidos y tenemos conciencia de lo que está pasando”.

Foto: Alba Cecilia Mérida.

Nosotras y nosotros, quienes estuvimos ahí les respondimos “la lucha de ustedes es nuestra lucha”; es nuestro deber humano sumarnos a la defensa de todos los presos políticos del Estado de Guatemala. Es una cuestión de conciencia.

Sirvan estas líneas para agradecer y honrar el sacrificio y el dolor de quienes están presos por defender a esta Nación que no termina de ser nuestra.


[1] Antropóloga / feminista / Defensora de los territorios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *