Remesas récord y miedo constante: la nueva realidad de millones de migrantes guatemaltecos ante la crisis migratoria y la represión interna en Estados Unidos
Nota de coyuntura No. 156 / por Juan Calles
Durante el periodo comprendido entre diciembre de 2024 y septiembre de 2025 se revela que, mientras la administración gubernamental de Estados Unidos implementó una estrategia violenta y racista de disuasión migratoria centrada en la aplicación de su ley interna, Guatemala experimentó un crecimiento de remesas atípico y sin precedentes. El marcado flujo de remesas familiares, que aumentó casi 20% en los primeros nueve meses de 2025, va de la mano con el miedo imperante.

Imagen: El Observador.
Lo que subyace detrás del auge del envío de remesas desde Estados Unidos
El crecimiento continuo de las remesas, remarcado en lo que va del 2025, no es un signo de prosperidad en sí sino, más bien, se evalúa como un medidor del miedo. Autoridades bancarias de Guatemala y organizaciones civiles que atienden a migrantes en Estados Unidos atribuyen este envío de divisas a una medida preventiva ante el temor de las personas migrantes a ser detenidas y deportadas bajo las nuevas políticas estadounidenses.
La población guatemalteca se ha convertido en un objetivo prioritario para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, (ICE) que, con la intensificación de las redadas antinmigrantes ha desestabilizado a comunidades clave en diferentes Estados, tales como Florida y California, identificados como puntos críticos para la detención de guatemaltecos y guatemaltecas, en donde son públicamente conocidos los lugares de trabajo para migrantes en sectores como la construcción y los servicios. La dependencia económica que mantiene Guatemala con las remesas no se corresponde con la eficacia del gobierno para proteger y atender a migrantes en aquel país. Pero, la dualidad remesas récord y el terror por capturas y deportaciones, demuestra que las políticas de restricción migratoria sí ha dado resultados al gobierno de Estado Unidos, a pesar que el número de personas deportadas a Guatemala en el periodo de enero a septiembre de 2025, aún no supera a las deportaciones en el mismo periodo de tiempo del año 2024.

Imagen obtenida del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).
Récord de remesas: una consecuencia del miedo
Según el Banco de Guatemala (BANGUAT), el ingreso de divisas por remesas familiares ha alcanzado niveles históricos. Durante los primeros nueve meses de 2025 (enero a septiembre), los migrantes guatemaltecos y guatemaltecas enviaron US$ 18,968.4 millones a Guatemala, superando en US$ 3,133.4 millones los US$ 15,835 millones registrados en el mismo periodo de 2024, lo que representa un incremento interanual del 19.8%.
Solo en septiembre de 2025, las remesas alcanzaron los US$ 2,106.7 millones; un crecimiento del 22.2% respecto a septiembre de 2024, en tanto que las proyecciones del banco central, indican que las remesas familiares cerrarán el año con un nuevo récord anual de US$ 24,521 millones, superando ampliamente el récord de 2024 de US$ 21,510.2 millones.
El principal factor que impulsa este crecimiento acelerado, según las propias autoridades guatemaltecas, es el temor a las deportaciones masivas y las nuevas políticas restrictivas de la administración estadounidense. Este fenómeno se explica por un comportamiento de mitigación de riesgo por parte de la diáspora de más de tres millones de guatemaltecos y guatemaltecas que residen en Estados Unidos, la mayoría en situación irregular.
Ante la amenaza inminente de una detención o remoción, la principal hipótesis es que los y las migrantes están optando por liquidar sus ahorros, reducir sus inversiones personales en Estados Unidos, y adelantar el envío de capital a Guatemala. El objetivo es asegurar que sus familiares —aproximadamente 1.7 millones de hogares y 7 millones de habitantes— dispongan de recursos suficientes para el consumo y la subsistencia, antes de que el o la migrante sea forzado a retornar o pierda la capacidad de generar ingresos.
Durante 2026, esa hipótesis sobre ese ritmo constante de crecimiento del envío de remesas quedará demostrada si comienza su reducción, como algunos analistas y el propio BANGUAT creen que ocurrirá, o, si por el contrario existen otras causas y factores que promueven esa permanente alza histórica de las remesas.

Fuente: BANGUAT.
La Estrategia de Disuasión Extrema
Usando órdenes ejecutivas y directivas, el gobierno de Donald Trump busca reducir drásticamente la inmigración no autorizada. Una estrategia que, además de legal, es una estrategia de miedo que busca enviar un mensaje inequívoco: “no es seguro estar aquí”.
El endurecimiento no se limita a la frontera sur de Estados Unidos pues el ICE ha intensificado su alcance jurídico y operativo mediante la reactivación de órdenes administrativas internas, permitiendo la detención de inmigrantes sospechosos de infracciones migratorias menores y sin antecedentes penales, lo cual ha generado amplias críticas por el debilitamiento de las garantías procesales y el respeto a los derechos humanos.
El programa 287(g) es una disposición de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) de 1996, que permite que el ICE delegue poderes federales de control migratorio a las agencias policiales estatales y locales. Esto significa que policías locales y alguaciles pueden recibir capacitación para actuar como agentes de inmigración, con facultades para arrestar, detener, interrogar y facilitar la deportación de inmigrantes, roles que normalmente son exclusivos del Gobierno Federal.
El programa tiene varios modelos de implementación, desde otorgar poderes limitados solo para órdenes de arresto, hasta modelos más amplios que facultan a la policía para operar bajo casi las mismas funciones que agentes federales en lo migratorio, incluso, dentro de cárceles locales.
En la frontera suroeste se mantiene en vigor la Proclama Presidencial y la Regla “Asegurar la Frontera” implementada desde junio de 2024, que penaliza los cruces irregulares y canaliza a no ciudadanos a solicitar citas a través de la aplicación móvil CBP One para presentarse en puertos de entrada designados.

Foto: Agencia de Noticias EFE.
El número de deportados no coincide con la intensidad de la campaña antinmigrante
Contrario a la retórica de deportación masiva promovida en 2025, el volumen de personas retornadas vía aérea desde Estados Unidos, ha disminuido notablemente. Entre enero y julio de 2025, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) registró la recepción de 21,908 adultos deportados. Esta cifra es significativamente inferior a los 38,086 retornados en el mismo período de 2024, lo que representa una reducción de casi el 43%.
El IGM calificó el 2024 como un “año récord en deportaciones aéreas desde Estados Unidos bajo la administración de Joe Biden”. Esto establece una base de comparación muy alta, lo que sugiere que la administración anterior había priorizado las remociones rápidas, posiblemente a través de la Expulsión Acelerada o protocolos fronterizos.
Contrario al proceso actual que han requerido de procesos legales más largos, a pesar de la reducción interanual, el total acumulado de personas deportadas por parte de Estados Unidos hasta septiembre de 2025 supera las 33,000, indicando que el proceso de remoción, aunque más lento, continúa afectando a miles de familias.
La disminución en el volumen general de encuentros y deportaciones aéreas en la primera mitad de 2025, sugiere un cambio en el foco de la aplicación de la ley. En lugar de priorizar las expulsiones aceleradas en la frontera como sucedió en 2024, la administración Trumpista se ha visto obligada a aplicar la ley interna debido a constantes amparos y denuncias; además de la disuasión a través de la amenaza de deportaciones masivas, y el aumento de las redadas y capturas dentro del territorio estadounidense.

Fuente: Instituto Guatemalteco de Migración (IGM).
¿Cómo se explica la reducción de retornos en el último año?
La aparente calma en las cifras de deportación aérea en 2025, en comparación con el alto volumen de 2024, no refleja un alivio en la presión migratoria. En cambio, esta dinámica se explica por una reorganización de la maquinaria de remoción. Las nuevas políticas de aplicación interna, que se centran en la detención de personas con historial criminal o aquellos que ya están establecidos en el país, conducen a procesos judiciales y administrativos más largos.
La política de aplicación agresiva excede con frecuencia la infraestructura legal y física disponible. Por ejemplo, la capacidad de detención federal está siendo excedida con casi 60,000 inmigrantes recluidos en centros, a pesar de un financiamiento para 41,500 camas.
Este hacinamiento y la saturación del sistema de detención y las cortes migratorias limitan la ejecución real de las deportaciones a corto plazo, ya que los casos enfrentan mayor litigio, incluyendo demandas pendientes por denegación del debido proceso. Por lo tanto, el peligro para la diáspora guatemalteca se traslada de la rápida expulsión fronteriza a un encarcelamiento prolongado y la desestabilización comunitaria en el interior de Guatemala.