Una encuesta para medir la desesperanza y las oportunidades de negocios
Nota de coyuntura No. 149 / por Juan Calles
La encuestadora CID Gallup publicó el 22 de septiembre pasado una prematura encuesta que fue pagada por la Fundación Libertad y Desarrollo (FLD), del empresario Dionisio Gutiérrez Mayorga, la cual, lejos de reflejar la opinión pública, busca instalar en la agenda nacional desde ya los intereses de las fracciones empresariales más influyentes y poderosas de Guatemala, según se desprende del análisis de las variables contenidas en la misma; toda vez que, por un lado, lo que más hace es promover ideas que ser un termómetro social, en tanto que, por otro, debe tomarse en cuenta que este empresario proviene de las dos familias principales que controlan la Corporación Multi Inversiones (CMI), uno de los ocho grupos que integran el G-8.

Fuente de la imagen: El Observador.
El momento político y el objetivo de quien paga por la encuesta
La encuesta de la Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo S.A. (CID Gallup), encargada y pagada por la fundación Libertad y Desarrollo (FLD), presenta resultados que no sorprenden. La situación del país y el desgaste político que a estas alturas prematuramente también tiene el gobierno de Bernardo Arévalo de León, hacía previsibles algunos de los porcentajes presentados, muy parecidos a resultados anteriores de evaluaciones de gobiernos pasados y, también, sus fallidas proyecciones de encuestas pre y electorales como las de 2019 y 2023.
De lo que no se habla es de los temas y las formas de abordarlos que coinciden con el discurso de los políticos que ya se expresan en abierta contienda pre electoral, y con las intenciones de operadores políticos de las fracciones empresariales que intentan posicionar ideas y candidatos. En ese contexto vale preguntarse: ¿Cuál es el interés de Gutiérrez Mayorga de pagar una encuesta que hace mediciones y opiniones sobre candidaturas prematuramente, cuando faltan dos años para celebrar elecciones generales?
Las encuestas de opinión pública tienden a ser instrumentos ideológicos del sistema que no se utilizan únicamente para medir el pensar y sentir de una sociedad sino, además, se proponen construir una realidad, mantener el control social y económico, además de posicionar ideas y temas en la discusión nacional. La divulgación de estos datos en un momento de tensión política busca influir en el debate público y en la toma de decisiones, tanto en el sector privado como en el público, tal como se indica en el objetivo del estudio en mención, y hace ver como válidas y legítimas para todo el país, las opiniones de una muestra reducida de habitantes encuestados que no se sabe quiénes son.
Dicho objetivo reza:
“Conocer el sentir de los guatemaltecos en diversos temas económicos, sociales y políticos que facilite la toma de decisiones asertivas de los agentes públicos y privados”, en donde “facilitar la toma de decisiones asertivas de los agentes públicos y privados” se interpretaría como un medio para guiar las políticas del Estado en una dirección que sirva a los intereses de las fracciones económicas oligárquicas aglutinadas en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), u otras instancias del empresariado corporativo guatemalteco.
Según la metodología expuesta por CID Gallup, la encuesta se llevó a cabo mediante entrevistas cara a cara entre el 3 y el 14 de septiembre de 2025, a una muestra de 1,242 personas mayores de 18 años, residentes en hogares particulares y ciudadanos de Guatemala. El margen de error del estudio sería de ±2.81% con un nivel de confianza del 95%.
Los resultados se desglosan por regiones de Guatemala, incluyendo la metropolitana, ciudades de más de 100,000 habitantes y el resto del país, así como por edad, nivel educativo y situación económica, lo cual permitió a la empresa encuestadora hacer un análisis segmentado de las respuestas, y mostrar cómo la percepción varía según los grupos demográficos.
El informe revelaría un generalizado descontento en la población guatemalteca respecto de la situación del país, ya que el 79% de los encuestados considera que se va por un “camino equivocado”. Esta percepción se ha mantenido alta a lo largo de los años, con una breve excepción en 2020 durante la pandemia, que indica una profunda crisis de confianza en la dirección del Estado.

La desaprobación se refleja directamente en la evaluación del gobierno. El 57% de los encuestados evalúa la labor del presidente Bernardo Arévalo como “mala o muy mala”. Expertos y analistas políticos han señalado que esta disminución en la popularidad del presidente es un reflejo de un clima social tenso y la fragilidad democrática en Guatemala.
Como respuesta, Arévalo cuestionó los resultados de la encuesta en relación a su gobierno y su persona como mandatario de la República: “Si fuera por la certidumbre de las encuestas, yo no estaría acá. Más que preocuparme, yo me ocupo, y lo que tenemos que hacer es que se generen, por ejemplo, los datos que comparativamente muestran que este gobierno está trabajando constantemente y obteniendo mejores resultados tangibles, no discursivos”.
Las preocupaciones de las personas entrevistadas
El estudio muestra que las principales preocupaciones de los guatemaltecos son el costo de la vida y la inseguridad. Estos problemas son consistentes con los análisis de expertos que indican que la economía guatemalteca enfrenta incertidumbre y un aumento en el costo de los alimentos. La encuesta también revela un incremento de la percepción de inseguridad en áreas urbanas, lo cual es compatible con las cifras de aumento de homicidios en esas zonas.
Las preguntas de la encuesta sobre el costo de la vida y la inseguridad son vitales para el estudio, sin embargo, al plantear las preguntas de la siguiente manera “¿Cómo considera que está la situación económica de los miembros del hogar, si la compara con hace un año?” se presenta la situación como un problema y no como una falla del sistema económico, se hace implicito que debe haber un culpable (el gobierno) o un fenómeno social, la delincuencia por ejemplo, pero se obvia la raíz del problema: modelo económico expoliador, las condiciones laborales desiguales, las brechas de clase, la falta de oportunidades para los grupos sociales vulnerados, por ejemplo.
Principales preocupaciones de la población que, según el estudio, muestran una clara priorización de temas económicos y de seguridad

¿Los guatemltecos/as prefieren un gobierno antidemocratico?
En una sección del estudio se pregunta: Qué tan de acuerdo o en desacuerdo está usted con la siguiente afirmación: A mí no me importa que llegue un gobierno no democrático si resuelve el problema de seguridad. En donde el 61% de las personas encuestadas respondió que estaría de acuerdo, un 9% muy de acuerdo, y apenas un 22% respondió que estaría en desacuerdo. Esta es otra “coincidiencia” con el discurso que se ha venido implantando en la sociedad: esto es, la necesidad de mano dura y un gobierno autoritario para mantener a la población reprimida y controlada, y asi evitar las resistencias ante megaproyectos y proyectos mineros.

La encuesta simplifica la compleja realidad social en números y porcentajes, dejando de lado el contexto histórico y material de la opinión ciudadana. Así, datos como la alta aprobación a un posible gobierno no democrático se presentan como hechos objetivos, sin vincularse a problemas como la inflación, la pobreza o los bajos salarios, lo que termina despolitizando el descontento social.
Este tema también coincide con los mensajes que se reproducen en las redes sociales, en donde se insiste en que, a cambio de las garantizar las inversiones y negocios, se acepte y tolere un gobierno antidemocrático de mano dura que reprimirá y controlará, hasta la forma de vestir y peinar, pero, a cambio, los empresarios podrán llevar a cabo sus negocios y operaciones en paz.
Esta sección de la encuesta hace recordar cómo Juan José Gutiérrez Mayorga, uno de los dos presidentes de la Corporación Multi Inversiones (CMI) y hermano de Dionisio Gutiérrez Mayorga, quien a su vez es presidente de la Fundación Libertad y Desarrollo, alabó y felicitó al actual presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por lograr un clima favorable para la inversión empresarial, mientras este gobernante es señalado de ejercer un gobierno antidemocrático que raya en lo dictatorial, pero quien cuenta con la aprobación y la venia del gobierno tecnofacista de Donald Trump.
Según un video difundido por el propio mandatario salvadoreño y reproducido por los medios de comunicación centroamericanos, Gutiérrez Mayorga dijo: “Usted resolvió todos los problemas que nos aquejan y no nos dejan producir a nosotros en Guatemala y en Honduras. Todos están resueltos (…) Lo felicito. Le agradezco”, en referencia a las políticas de seguridad y el clima para la inversión que atribuyó al gobierno de Bukele. El clip corresponde a un acto en el que participaron empresarios de la región y representantes del sector privado.

Captura de pantalla de la publicación de Nayib Bukele en la red social X, en la que se observa a Gutiérrez Mayorga
dirigiéndose al presidente salvadoreño. Recuperado en: https://x.com/nayibbukele/status/1893860595209851017
La desaprobación de la administración gubernamental que el estudio quiere reflejar, tiene un efecto trascendental que fue publicado en un informe de CID Gallup el 18 de septiembre, previo a conocer los resultados totales de la encuesta. En ese momento se indicó:
“La consecuencia de este desgaste es una población ciudadana que ya no confía en que el sistema pueda dar respuestas e, incluso, se muestra abierta a considerar formas de gobierno autoritarias, si con ello se resuelven sus problemas”.
Coincide esta conclusión con el discurso de sectores de extrema derecha que promueven un gobierno de mano dura, de corte dictatorial, que logre posicionarse a partir del 14 de enero de 2028.
La encuesta, entonces, intenta definir los términos del debate político, desviar la atención de las causas estructurales de la desigualdad, impulsar candidaturas, y legitimar un modelo económico y político que beneficia a los intereses de las clases dominantes. Es más, busca posicionar en el electorado, al frente de potenciales candidaturas, la figura de Roberto Arzú García-Granados, tal como ocurrió con una encuesta un tanto parecida en 2023, expresión de la tendencia de derecha que encabezó su padre, el fallecido ex alcalde citadino y ex presidente de la República, Álvaro Arzú Irigoyen, desde el gobierno militar del general Fernando Lucas García (1978-1982).

Fuente: CID Gallup.